The Story of Northern Soul – David Nowell
“Les Cockell barría las calles durante la semana. Pero en el fin de semana él era el que pinchaba en el Twisted Wheel. Él era alguien. Eso es lo que te daba el Northern soul”
Son sólo un par de líneas, pero esa poderosa cita que aparecía en el gran libro negro The Story of Northern Soul, de David Nowell, me hicieron cerrar el libro de golpe. De repente me vino a la memoria que era absolutamente irrelevante, en nuestro mundo, si alguien era millonario o no, tenía un buen trabajo o estaba en la empresa más grande y floreciente del antiguamente llamado estado español o si ahora sencillamente esteba en Parada, como el antiguo entretenedor teñido, de la Televisión de España. La gente se dividía en aquel tiempo glorioso, como dicen las sabias gentes de Asturias, en gente que presta o gente que no presta.
Evidentemente hay enormes diferencias de todo tipo entre todas personas, pero la base de esas diferencias no es únicamente económica. Ni política. Ni por dinero. Las diferencias son por otras cosas, quizás no tan obvias ni evidentes como el mundo normal. Por lo que está claro es que en este necio y vulgar mundo las cosas que categorizan o diferencian a las personas normales son, por orden, pasta, dinero y parné, por decirlo de una forma sencilla y ordenada.
No es necesario tener la mejor ropa, ni la mejor moto, ni el 7” más mejor y exclusivo del mundo en mint condition para ser lo mejor. Basta con ser tu mismo, si eres de verdad. Y si no lo eres, depende del talento que tengas para forzar ser alguien que te gustaría ser, y da lo mismo el camino que se elija, o que te encuentres si es el caso: Si lo haces bien el resultado será imposible de diferenciar si es espontaneo o voluntarioso. Y sin complejos. Pero lo que no funciona y se nota y huele a kilómetros, es la persona que quiere comprarlo todo por 4 euros, saber lo justo y ciñoso en 4 semanas y media y compartirlo con sus 4 conocidos y a hierro en sus redes sociales.
A mí me parecería genial si fueran felices, pero a mí me parece todo un poco forzado, lo siento y sobre todo sin necesidad, con lo fácil que es ser natural y dejar que todo fluya y que cada uno sea lo que debe ser.
Nuestros amigos ahora mismo, pueden tener trabajos o no tenerlos, pueden estar en un mejor o peor momento laboral, pero basta con que suena la primera nota y todos, a ritmo, vibramos de la misma forma. Igual que antes e igual que después. Barreremos las carreteras, como Les , o quizás ni eso, no importa.
En la noche infinita de cualquier club, que dirían en los temazos bacaladeros, siempre seremos iguales y siempre estará el espíritu. La pasta está bien, puede ser necesaria, qué duda cabe, pero nunca será razón suficiente.Y para ilustrar, un momento maravilloso y gratuito, Los Shakers.
Bueno va bien, hasta siempre, suerte en la vida.