Los orígenes del dandismo. Consejos para vestir y calzar como un Dandy, hoy
Quien no ha escuchado mil veces la expresión “ir hecho un dandy” o “es un autentico dandy”. Si bien es verdad que la retranca local ha creado contrapuntos como el “landismo” o bien el recuerdo de fragancias ultra olorosas como la del varón ídem. Pero seguro que la curiosidad nos ha picado alguna vez. Saber quienes eran, como vestían, como eran los zapatos de Dandy, porque lo hacían y si había chicas dandies. Así que vamos a hablar del dandy, orígenes y algunos consejos para vestir como un dandy moderno.
Buscar los orígenes de cualquier idea provoca sorpresas y se ve como hay un orden interno. En dicho orden la casualidad, el destino, el contexto y la voluntad se entremezclan. Y vamos a indagar en uno de los movimientos precursores de mucho de lo que hemos vivido y vestido. Tanto en el Siglo XX como en la actualidad.
Origenes del Dandy
Desde siempre las clases nobles y aristocráticas han intentado vestir lo mejor posible. Sólo hay que ver los cuadros de las grandes pinacotecas europeas para apreciar el esfuerzo enorme que se hacia. Pero cuando comienza la edad contemporánea, allá por la revolución francesa, la sociedad cambiará dramáticamente. Y entre las novedades que surgen, y que se irán agudizando con el surgimiento del romanticismo a Europa, aparece la necesidad de diferenciarse más y más unos de otros, también por la indumentaria.
La novedad es que esta vez no serán los más ricos los que mejor vistan. Aparecerán miembros de las clases medias que llevarán el desarrollo del estilo al máximo. Evidentemente las clases populares, bastante tenían con intentar sobrevivir, pero hubo casos de algunos dandies que provenían de clases humildes y no tuvieron problema para destacar, incluso en aquellos tiempos. Porque la clave no era el dinero o la riqueza. Ayudaba mucho, pero lo importante era otra cosa. El cuidado extremo al vestir, venía a ser en muchos casos una representación de la elegancia mental de estos individuos.
Porque no sólo era una cuestión de ropa. También el uso refinado del lenguaje y ocupar el tiempo en actividades de desarrollo, disfrute y cultivo personal eran vitales para ser considerado un dandy. Además, estos primeros dandies, rechazan el boato y el recargamiento a la hora de vestir. Ellos van a proponen un estilo mucho más estructurado y discreto, tanto en formas como en colores, para lo que era la época. No era ponerse más, era cuidar los detalles y los materiales. Diferenciarse de los demás lo máximo posible y para mejor, también externamente.
Una cuestión de actitud
Una parte de los historiadores, creen que realmente el dandismo fue sobre todo una actitud. Una actitud que tenía unas características bastante actuales como cierto cinismo social. No creían en las tan marcadas y estratificadas clases sociales. Ponían en un lugar altísimo la propia imagen, entendiendo que la propia personalidad y valía se reflejaba directamente en el estilo de la persona. Para ellos, como en los años 60 del pasado siglo, el medio era también el mensaje. Así, no es broma que Brummel tardará cinco horas en arreglarse antes de salir. Y claro, el resultado estaba a la altura.
Había cierto malditismo en cuanto a su actitud frente a la sociedad. Triunfar era un síntoma de haberse vendido o haberse de alguna manera domesticado. Evidentemente, había mucho artista, pintor y escritor, entre sus filas. Y algunos eran autenticas “celebrities”, que sin mayor oficio o beneficio, eran miembros de los clubs más selectos ingleses por su enorme estilo. Lo que ya cuesta creer más es que no tuvieran una buena renta asignada, del tipo que fuera, para poder dedicarse en exclusiva a ser lo más.
Las mujeres Dandy
Uno de los elementos menos conocidos es que el movimiento dandy no fue sólo masculino. Las mismas ideas dandies eran defendidas por varias mujeres. El propio Charles Dickens cita a las “dandizettes” de la época. Otra denominación era la de “quaintrelle”, que procede de Quaint, que sería el buen gusto al hablar y al vestir. Y aunque nuestra amada Mary, para nosotros una de las mujeres dandies más grandes del Siglo XX, podría haberse puesto ese apellido a propósito, Quant es su apellido real.
Los Dandies en Francia e Inglaterra
En Inglaterra, sus ideas se habían introducido tanto en la cultura del estilo masculino a mediados del Siglo XIX, que perduran hasta hoy. Suya es esa actitud tan británica de tomarse infinitas molestias para vestir bien, llevando los mejores materiales, teniendo los mejores cortes y diseños, usando complementos de la mayor calidad, acompañado de la (aparente) mayor de las indiferencias.
En Francia, el estilo se politizo incluso en la etapa revolucionaria (corbata blanca realista, corbata negra, revolucionario). Posteriormente el gusto por el vestir paso a los cuarteles. Y de allí a la bohemia más decadentista de los salones, que llevarían directamente al Simbolismo francés.
Llegado el Siglo XX, ha habido dandies en todas las artes, como Oscar Wilde, P.G. Wodehouse (en la imagen superior) o Proust. Y siguiendo a varios historiadores, figuras como nuestros adorados Dalí y Warhol. Desde luego, para nosotros lo son.
Aportaciones de los dandies
Con esto que hemos comentado, puede parecer que no son más que unos excéntricos antiguos. Pero además de ser las primeras “celebrities” por estética y de inventarse la actitud de éxito social despreciando el orden establecido, han traído otras muchas cosas. Entre ellas, el huir absolutamente de la moda o lo convencional de su época. Son claramente los precursores de todas las tribus urbanas y subculturas que han venido después. Crear un espacio de diferenciación radical con lo convencional y un espacio de semejanza entre los que son diferentes. Como decía Charles Baudelaire (imagen inferior), uno de los más grandes poetas y parte del movimiento, “Dandy se nace”.
La corbata, el pantalón largo y los complementos
Así los primeros en ponerse los pantalones como los entendemos hoy, fueron ellos. Las calzas y los pantalones a media pierna se acabaron por su impulso. Aún hoy, cuando vemos a los jueces británicos, nos debemos acordar de ellos , puesto que abandonaron por completo cualquier tipo de pelucas y lucían su propio pelo. Otro de los elementos que les debemos es el uso generalizado de la corbata. Aunque la palabra y la idea original provenía de unos soldados croatas que llevaban en el Siglo XVII una lazada roja al cuello, que les ponía su enamorada antes de ir a la guerra. En este caso, fue Brummel el que popularizo la corbata larga actual. Y como última aportación, la importancia de vestir buenos complementos. Junto con ellos, el calzado será capital.
Las Botas de Vestir del Dandy
Una de las prendas que para ellos era más querida, eran las botas. Podemos decir que los Zapatos de Dandy originalmente eran las botas. Pero llevadas como una prenda de vestir, no sólo funcional. Frente a la nobleza que era más rural, todos los dandies eran muy urbanitas. Evidentemente el trazado urbano no estaba tan limpio como hoy, por lo que vestir unas buenas botas eran una necesidad tanto de estilo como de pulcritud. Aquí no nos podemos resistir a citar la anécdota de Brummel usando para la limpieza de su calzado Champagne. Como gesto es lo más, pero el uso de alcohol con la piel no es muy recomendable ( sobre todo para mantener los colores…).
Algunos consejos para el dandy, hoy
Para finalizar, nos gustaría dar unas pinceladas de lo que podría ser unos elementos de estilo cercano a los principios del dandismo.
- Cero complejos y cero miedos. Pero a la vez, para poder saltarse las reglas con toda seguridad hay que conocerlas a la perfección.
- Evitar las estridencias innecesarias. Si se va a llamar la atención que sea por la extrema calidad, no por lo estrambótico. En su época, los que caían en estos excesos eran llamados “macarroni” o en el caso de los nobles más barrocos, “fod”.
- Vestir bien en conjunto y bien en cada una de las partes. Pasión por el detalle. Ropa que además de ser buena, se ve buena, este en buen estado y nos ajusta a la perfección.
- No temer los patrones y estampados, puede haber una prenda o elemento que acentúa, pero dentro de una armonía general.
- La importancia capital del abrigo para cubrir todo el conjunto. Una buena prenda de abrigo, sea una gabardina, un crombie o cualquier tipo de overall es vital en esta estética.
- Los complementos dan la medida para diferenciarse más si cabe. Aquí prácticamente es decir si a todo. Si a los sombreros, gorras o lo que sea menester. Si el bastón nos parece demasiado, el paraguas es un fantástico sustitutivo. Los guantes dan un toque perfecto y formal siempre. La corbata o pajarita y para los más sibaritas, el foulard al cuello, ( o una buena bufanda para los más frioleros) no puede faltar.
No puede faltar la base de todo
- Y la base de todo buen dandy, es vestir unos buenos zapatos de Dandy. Las botas clásicas de gentleman y para los más clásicos, unos buenos zapatos Oxford o unos Brogues punteados, sean o no bicolores pueden poner el punto final al estilo personal de nuestro estilista moderno. Aquí en Beatnik, hacemos algunos de los mejores zapatos hechos en España en la mejor piel, tanto para hombre como para mujer, como podréis ver en este link a nuestra colección. Como sugerencia de unos zapatos de Dandy os mostramos los siguientes.
Esperamos que os haya gustado y estamos encantados de saber vuestra opinión.