En esta ocasión os vamos a dar algunos consejos a la hora de comprar unos buenos zapatos de piel.
Existen muchas personas que quieren un poco de información a la hora de elegir unos zapatos de calidad. A este respecto, vamos a hablar sobre la materia prima más importante de los mejores zapatos, la piel.
En primer lugar y parece obvio el decirlo es recomendable no comprar zapatos de vestir que no están hechos de piel. Es el mejor material para hacer unos buenos zapatos.
Dicho esto, el que te hayas decidido por unos zapatos de piel no significa que hayas comprado un zapato de calidad.
Generalmente en la mayoría de las zapaterías de tipo medio encontraréis zapatos de piel, pero en muchas ocasiones no es la mejor opción. Normalmente la mayoría de los zapatos de calidad media están hechos con lo que se llama “grano rectificado” o piel “pulida”. ¿A qué nos referimos con este término?. La mayoría de las pieles de animales son imperfectas. Tienen marcas, cicatrices, que las hacen inadecuados para su uso en los zapatos. Después de todo, muy poca gente quiere comprar un zapato con una gran cicatriz en él. Así que en lugar de utilizar sólo las mejores partes para la fabricación del calzado, algunos fabricantes, utilizan un tipo de piel en la que se elimina la parte superior del grano, y se pigmenta con productos químicos para crear uniformidad.
Es de piel, si, pero sus acabados no son naturales.
Esto funciona muy bien para algunos fabricantes que ofrecen un producto algo más económico, ya que el zapato se ve bien en la tienda y “resplandece” frente a un consumidor que sólo busca un producto de “piel brillante”, pero los inconvenientes son a corto plazo numerosos. Además del acabado químico, la flor corregida se arruga y como consecuencia se agrieta más severamente (debido a la capa adicional de productos químicos de la parte superior de la piel), no recuperando su estado natural, transpira mal, y envejece peor. Así que, en definitiva, siempre que podamos es bueno evitar la compra de zapatos fabricados con estos tipos de pieles.
En su lugar, y siempre que le sea posible, busque zapatos realizados con piel plena flor que es la piel en la que el grano o la dermis, es natural y no ha sido alterada. Estas pieles dan a tu zapato un aspecto diferenciador.
La manera de diferenciarlos es sencilla, la superficie del zapato se siente al tacto, en la visibilidad del poro, en la elasticidad y en el cuerpo. Note la profundidad del color. Y si tiene alguna duda, pregunta al vendedor.
Unos zapatos hechos de piel plena flor durarán más que el resto, además de proporcionarte un tacto agradable y cálido, un envejecido natural y muy importante para la comodidad, transpiración natural y ajustada a la temperatura corporal.
Con el debido cuidado, durarán prácticamente toda tu vida. Por ello, la compra de un calzado de la máxima calidad es siempre una inversión muy rentable y segura.